domingo, 7 de abril de 2013

Made in Spain.


¿Quién dijo que en España no se inventa? Muy al contrario, y para sorpresa de muchos, nuestro país ha sido la cuna de un buen puñado de «locos cacharros» que, en más de una ocasión, se adelantaron a su tiempo y suscitaron tanto el asombro del público como los más prestigiosos reconocimientos internacionales.

En lo civil, lo militar o lo industrial, y tanto en el ámbito de lo cotidiano como de lo profesional o lo lúdico, la inventiva de los españoles ha brillado con fuerza a lo largo de la Historia, dejando tras de sí un largo rastro de artilugios, máquinas, objetos, dispositivos y vehículos que son habituales en la actualidad.

Hombres como Leonardo Torres Quevedo (1852-1936), matemático e ingeniero de caminos, nos han dejado inventos como el dirigible, el mando a distancia, el puntero láser o la calculadora, mientras que otro, como Emilio Herrera (1879-1967), fue el primero en diseñar un traje espacial. La primera patente de una máquina de vapor moderna data del año 1606 y fue registrada por un español, Jerónimo de Ayanz y Beaumont (1553-1613), autor de 48 inventos diferentes, entre ellos una campana para sumergirse en el agua y bucear o nuevas clases de hornos y molinos de viento que mejoraron la industria metalúrgica y militar de su época.

El autogiro de Juan de la Cierva (1895-1936) fue el precursor de los modernos helicópteros, y el submarino de Isaac Peral (1851-1895) el primer buque sumergible impulsado por energía eléctrica. Por no hablar de Angela Ruiz Robles (1895- 1975), maestra y escritora gallega que se adelantó a los libros digitales con su Enciclopedia Mecánica, un invento desarrollado y fabricado en 1949 «para aligerar el peso de las carteras de los alumnos» y hacer «más atractivo» el aprendizaje.

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